Pocos
artistas, por no decir casi ninguno, tienen un nombre tan distinguido como el
de John Byrne. Con sus guiones y dibujos, el autor marcó de forma definitiva el
género superheróico, pues las mejores editoriales pusieron a sus más
importantes personajes bajo su responsabilidad, creando en cada una de las
colecciones que tocaba etapas memorables. Así lo hizo con los X-Men, Superman, los Cuatro
Fantásticos… Y uno de estos afortunados fue Hulk.
En
1985, Byrne era el autor completo de la serie protagonizada por Alpha Flight,
el grupo que había creado junto a Claremont durante la gloriosa etapa mutante que
ambos construyeron. Pero cuando apenas llevaba 30 números de andadura, a Byrne
le llegó la posibilidad de cambiar serie con Bill Mantlo y Mike Mignola,
quienes se ocupaban de la serie protagonizada por uno de los pocos personajes
en los que aún no había trabajado Byrne: The Incredible Hulk. Sin pensárselo dos
veces, Byrne aceptó el cambio dando comienzo así una breve estancia en dicha
colección, pues tras 6 entregas y un anual que sería publicado tiempo más
tarde, Byrne abandonaba la misma a causa de sus encontronazos con los
mandamases de Marvel.
Su
etapa comenzaba mostrándonos cómo el Goliat Esmeralda regresaba a la Tierra
tras su exilio en el espacio. Pero su regreso no pasa desapercibido, pues la
noticia llega a oídos del Doctor Leonard Samson, quien comienza a seguir la
estela de caos y destrucción que va dejando Hulk para dar con él y ayudar a
Banner a escapar de su verde prisión. Un objetivo que logra al separar física y mentalmente a Bruce Banner de Hulk, pero esto no carecerá de
fatales consecuencias, pues ahora Hulk anda suelto, y, sin el mínimo atenuante
que suponía Banner, está más salvaje que nunca…
A
partir de este punto, John Byrne va trenzando por separado las historias de los dos
protagonistas de la versión marveliana del Doctor Jekyll y Mr. Hyde. Mientras
Hulk continúa su caótico camino destruyendo ciudades y derrotando a cualquiera
que intente detenerlo, Bruce Banner se enfrenta a una nueva etapa en su vida.
Ya sin la constante amenaza de su terrible alter-ego, este deberá retomar una
vida de la que él es único dueño pero que, en cierta medida, sigue ligada a Hulk, pues Banner intentará redimir su culpa por la creación del Goliat
Esmeralda buscando una forma de neutralizar al cada vez más salvaje e
irracional Hulk.
Esta
es la premisa que sigue John Byrne para guionizar una aventura que bien podría demominarse como un blockbuster comiquero, pues su trama destaca principalmente por su espectacularidad. Byrne reposa gran parte del peso del cómic en las escenas de acción, destacando las dimensiones que estas toman durante las batallas protagonizadas por Hulk y todo aquel que se acerca
demasiado a este. Por otro lado, el cómic no goza de una trama
excesivamente inteligente, aspecto que compensa desarrollando tanto la historia
como la acción de forma bastante ingeniosa, haciendo que estas se encuentren en
constante evolución.
Aparte
de encontrarnos con un cómic muy bien desarrollado, este marca la historia del
personaje por la importancia que tiene en su vida los sucesos que ocurren, como
es comenzar una vida aparte de Hulk u otros hechos no menos importantes. Además,
la historia supone un desfile de grandes superhéroes y villanos de Marvel como
Iron Man, Hércules, Namor, Juggernaut, Rhino o los chicos de S.H.I.E.L.D. Pero
estos no son los únicos personajes que aparecen, pues para esta historia tan
épica, Byrne recupera a los más clásicos de las historias de Banner y Hulk:
Betty Ross, Hulka, Rick Jones, doc Samson, la Abominación, Modok…
Conforme
van transcurriendo los números, nos encontramos con una historia que va cogiendo
fuerza, pero por desgracia, y tal como comentamos anteriormente, las
desavenencias de Byrne con los jefes de la Casa de las Ideas hicieron que este
abandonase la colección. Como resultado de esto nos encontramos con una
historia que resuelve la mayoría de sus tramas pero que deja algunas a
concluir.
En
el apartado gráfico nos encontramos con un John Byrne que supera en calidad a
su faceta de guionista. Este dibuja con su inconfundible trazo clásico
recreando escenas cargadas de dinamismo, con atención a los detalles y
recreando genialmente la fisonomía de los personajes y sus expresiones
faciales. Los únicos peros que se encuentran en su brillante dibujo es que, en
algunos números, Byrne se ahorra dibujar los fondos de las viñetas y que
también se le podría pedir una mayor capacidad narrativa durante las batallas.
Actualmente,
esta obra clásica se encuentra sin edición en España, algo que sorprende, pues el reducido número de entregas que forman esta etapa, siete
números, se adapta perfectamente a las entregas iniciales de la colección Marvel Héroes.
Concluisón: Un John Byrne en uno de sus mejores
momentos se encarga de guionizar y dibujar esta breve pero ya clásica etapa del
Vengador más salvaje. Un cómic con un gran sentido de la espectacularidad y
altamente entretenido en el que nos encontramos al Hulk más destructivo y por
el que pasarán los personajes más clásicos de la colección. Una obra
obligatoria para los seguidores de Byrne o Hulk y más que recomendable para
cualquiera que se precie amantes del género superheróico.
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